
Es él,
Llevátelo.
Me congela los huesos,
la vida y los deseos de terminar
con este constante ir y venir de fechas límites,
con el ejercicio de la carne,
del cerebro.
Es el invierno,
noche a noche me susurra palabras inertes
que gozan de la claridad del sinsentido.
que nacen y renacen una a una
que mueren y reencarnan en lirios color radiante.
No quiero despertar de estos sueños fosforescentes,
ni mover los dedos de la mano uno a uno
no puedo respirar el aire frío
que me congele los pensamientos
o mis ganas de abrazarte,
noche a noche
en mis recuerdos,
fríos.
Sara Rico-Godoy*